El otro día, uno de los padawans de la academia Braveheart (para la conservación de la cerveza en un futuro cuántico) me insistió repetidas veces hasta la extenuación de mis sistemas de memoria, los cuales se quedarían obsoletos día a día si no fuese por las actualizaciones que me mandan de la Red Celestial, en que viese una película títulada “The Man from Earth”. No tardé en conseguirla y anoche me puse a verla. No sabía nada acerca del argumento de dicho film, pero me parece perfecto para entrar en el tema que nos ocupa:
Como véis, el argumento es muy sugerente. No os quiero desvelar nada de la película porque la verdad es que merece muy mucho la pena verla; pero si sóis avispados (que yo sé que algunos lo son) entenderéis porque saco a colación esta peli como prólogo a lo que enseguida llega… Como apunte final al comentario sobre la película de ayer, el hombre que supuestamente ha vivido 14.000 años se llama John Oldman…
Bien…

quema un poco, pero no sabes lo que brilla hija
Ahora hablemos de esa gran obra de ficción denominada Terminator y de sus paralelismos con el Jesucristo de la Biblia de la mano de mis alucinógenos pensamientos y gracias a la perturbada mente de James Cameron (que prepara Avatar y lo mismo se acaba el mundo por su culpa)
Empezamos, tras el salto temporal